Porque sueño

Porque sueño yo no lo estoy. Porque sueño, sueño, porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo, porque me asusta amar. Ya no sueño, ya no sueño, ¡ya no sueño!... ya-no-sueño. A ti, la Dama, la audaz melancolia que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciendolas al tedio, tú que atormentas mis noches con mis sueños cuando no sé qué camino de mi vida tomar, te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oir. Y la blanca plenitud no era como el viejo interludio, y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad. E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras, en el valle de los avasallados.

Fragmento de L'avalé des avales de Réjean Ducharme leído en Léolo de Jean-Claude Lauzon

domingo, 18 de octubre de 2009

¿Pueden las pretensiones de conocimiento justificarse y configurarse como tales pese al carácter social de las mismas?

Este no es un estudio detallado que pretende elucidar la cuestión, sino sólo un esbozo de pensamiento que “arremete” contra aquellos suponen de entrada que no y que están sumisos de solipsismo. Nótese que estoy hablando del escepticismo cognitivo (si quieren así, radical) y no de uno en general, porque éste, en cambio, puede en algunos casos ser muy productivo.

Nosotros no somos sujetos post-sujetos. Cuando un individuo se pregunta de sí mismo -por lo que es y por la existencia de sí mismo- el sujeto ya trae un mundo consigo. Un mundo, un lenguaje, un cúmulo de experiencias, está sujeto, sujetado a una serie de recolección de casos que conforman su experiencia cognitiva, síquica y de posicionamiento frente a los otros objetos-sujetos.

Su perceptibilidad ya está formada, esto es, la forma en que percibe y las relaciones de los entes que percibe ya están formados. ¿Desde dónde pregunta un sujeto si no es desde su propio cúmulo de experiencias? Un sujeto puede cuestionar por cada una de sus pretensiones de conocimiento y buscar una justificación y un criterio de verdad a través de funciones superiores de conciencia, pero la trascendentalidad interna del mundo en el sujeto ya está ahí, antes de siquiera preguntarse por sí mismo y sus pretensiones de conocimiento. ¿Desde dónde se pregunta si no es desde el lenguaje y desde un cúmulo de experiencias formadas?, la totalidad del sentido de la sensibilidad del sujeto-en-el-mundo (diré, de la semántica que puede articular sistemas de experiencia-con-el-mundo y que hacen posible entender a un ente como tal y no como otro) ya están de hecho configurada en el sujeto. Desde que un niño nace aprende a tener contacto con el mundo y toda su experiencia, la forma de su corporalidad, la empieza a formarse desde su contacto originario en el vientre y siguen a través de procesos de identificación sensitiva de la cosa con los cuidados de la madre, primero de manera inmediata, como puede ser la interacción con el pecho materno y luego de manera mediata con la interacción sujeto-sujeto a través del lenguaje y desde eso momento ya no se desprenderá de esa forma particular de subjetividad como conformación de la corporalidad y sensibilidad (porque de hecho la subjetividad del sujeto como características individuales que lo sitúan frente a otros se puede modificar).

Diré, el escéptico al dudar de las experiencias que puede formarse y de la legitimidad de las pretensiones de conocimiento que pueda tener está de hecho suponiendo ya (en un momento anterior) la relación que tiene con el mundo (sea lo que éste fuere) porque el escéptico está ya dentro de una articulación inferencial de lo que puede entender con sus categorías y que son en un momento anterior categorías sobre el mundo.

Debemos de formarnos una sensibilidad crítica para poder entender la pertinencia que puede tener un planteamiento como el del escéptico. Sus cuestionamientos acerca de toda posible relación que sus pretensiones de conocimiento pueden formar con el mundo suponen un ejercicio de alienación voluntaria, porque supone que su propia subjetividad (como trascendentalidad interna del mundo) puede ser de hecho falsa. “La lengua es el tiempo y el espacio de la experiencia sensible” (además de que el tiempo y el espacio puedan ser la condición de posibilidad para cualquier relación “primera” con el mundo).

Al constreñirle un significado a la expresión “no podemos confiar en la justificación de nuestras pretensiones de conocimiento más allá de nosotros mismos” está de hecho constriñendo un significado a todos los entes que no están presentes en la totalidad del sistema de los entes que le hacen posible entender su propio enunciado y entrar en un criterio de racionalidad.

Voy a decir, siguiendo a Heidegger, tiene presentes cada uno de los entes –que de hecho- tiene ausentes y que hacen posible el entender la cosa tal como sí misma y no como algo más -no como otra cosa-, es decir, a cada una de las negatividades de la determinación ontológica de la cosa. Él mismo no es un objeto analítico privilegiado de la sensibilidad sino algo que supone a la formación de toda relación posible con el mundo, cualesquiera que sean los casos.

Se me objetará de entrada una petición de principio que supone que no es el caso que pueda existir una subjetividad “pura” de la nada y que no es el caso de un idealismo fuerte en el que es esa subjetividad quien no sólo construye las categorías (entendidas como un instrumento o momento metodológico que hacen posible la interpretación de la realidad) sino también el mundo, su mundo en sentido fuerte. Y en rigor no puedo deshacerme de ella, pero lo que sí puedo hacer es contestar de la misma forma. El escéptico supone una petición de principio al creer que sus planteamientos tienen de hecho un sustento metafísico que lo hacen posible y no se da cuenta que al preguntarlo está de hecho suponiendo el significado del mundo, de la realidad; lo que implica también que está dentro de una perceptibilidad ya “dada”, porque la semántica y la sintaxis de sus preguntas está suponiendo un sistema de creencias, una forma de sensibilidad, un conjunto de pretensiones de conocimiento que posibilitan el entendimiento de sus propios planteamientos y, reiterando, como presentes a los entes ausentes como diría el mago de Messkirch. ¿Hasta qué punto pueden subvertirse todas ellas? No es posible en tanto que la expresión a través de la cual duda siga teniendo significado. Y es por eso que sus planteamientos no tienen la fuerza que se supone que tenían, ¿Porque quién cometió el error metodológico primero, él al suponer que ya estaba fuera de su propio sistema de creencias y de sensibilidad cuando al parecer todavía lo estaba o yo al des-suponer que él estaba fuera de un sistema de corporalidad y de sistemas inferenciales de las cosas?

Así, no es –como diría un conocido autor- “de todo puedo dudar menos del hecho de que dudo, y luego pienso y por lo tanto existo”, sino que al dudar ya entré al terreno del lenguaje y por eso al de la semántica -del lenguaje y de las cosas- y a su vez al del otro y al del mundo. Dudo, y al momento de dudar ya recuperé al otro y al mundo porque sin ellos no podría entender lo que se plantea, pero tan tiene significado, tan tiene significado y tan tiene racionalidad que ya puedo suponer una referencia en relación a la “exterioridad”, esto es, a la trascendentalidad-interna-del-mundo-en-el-sujeto. ¿Cómo se que un colorín es un colorín y no una sequoia o un cilantro? Al creer que un colorín es un colorín estoy pensando debido al sistema inferencial de lo conceptual de mis creencias que el colorín no es una sequoia o un cilantro porque no tiene las características de aquellos, estoy suponiendo la negación de la determinación ontológica, la presencia de la ausencia. De la misma manera cuando el escéptico supone que el mundo puede no existir y que es un invento de su mente está suponiendo ya al mundo. El concepto de existencia supone un conjunto de categorías que sin la intersubjetividad y sin una forma de relacionarse sensiblemente con el mundo y haber establecido una articulación inferencial de lo conceptual cono lo ya “dado” sería inconcebible, tiene referencias y conciencia pre-individualizadas de la cosa. [Y otra vez aquí otra vez se me objetará una petición de principio, pero insisto, quién cometió el error metodológico primero]

Esto que he dicho se puede resumir así, dudo, luego uso el lenguaje ( y de esto no puedo dudar si se me concede que toda duda articulada debe de hacer uso del lenguaje y entonces la haría una verdad apodíptica) y como uso el lenguaje entonces supongo un momento en que mis pretensiones de conocimiento adquieren una función veritativa del mundo porque le constriño significado, y el significado está dado en función de los nexos inferenciales que mis proposiciones tienen consigo mismas y su relación de sentido que adquieren en la descripción y realización del sentido de los entes e incluso de conceptos como el de racionalidad, luego somos seres intersubjetivos que existen comprendiendo –ya sea instrumentalmente o a momentos- e interpretando la realidad.

Y para responder a la pregunta inicial diré como apunte que suponer que como las pretensiones de conocimiento tienen carácter social, entonces no podemos formarnos idea alguna (nexo inferencial) de conocimiento es descontextualizar el problema. ¿Cómo quieren que las pretensiones de conocimiento no tengan carácter social-intersubjetivo si para incluso cuestionarlo deben acudir a instancias intersubjetivas de las cosas, a herramientas metodológicas que hacen posible interpretar la realidad [intersubjetivamente], el lenguaje?

Y bueno, este “pequeño” e inconcluso manuscrito surgió a partir de pensar que si tuviera un hijo entonces no permitiría esa nalgada característica de los hospitales que se les da a los niños al nacer, porque me parece terrible modificar su corporalidad y su forma de sensibilidad de esa manera en sus primeros contactos con el mundo. Si no fuera la razón de que no recordamos nuestros primeros contactos con el mundo la de que nuestras capacidades cerebrales aún no están suficientemente desarrolladas, entonces me inclinaría a pensar que no lo recordamos porque la experiencia debe de ser traumática y un insulto a nuestra sensibilidad, imaginen entrar a un mundo donde sientes por primera vez frío, hay muchos ruidos extraños, desconcertantes, sin ton ni son, nos desprendemos del constante alimento y calor que nos proporciona el vientre materno, hay una cantidad exacerbada de luz que choca contra nuestros débiles y faltos de desarrollo ojos y encima un tipo insensible te pega una nalgada en tus rosaditas y tersas pompas, entonces la respuesta debería de ser algo así como esto está muy feo, mejor no haber nacido. Deberíamos más bien recibir a nuestros niños con un abrazo, el primer movimiento de mondschein –para que diga, esto sí tiene armonía- (¿o acaso alguien prefiriera der sturm?, ¿Qué pasaría entonces? E incluso sería interesante preguntarse qué pasaría con algo como Der Tod und das Mädchen D.810) y de noche, con la luna a contraluz (bueno, ya empiezo a idealizar un poco xD). Imagen lo diferente que pudieran ser sus primeros contactos, su formación original de la corporalidad y de sensibilidad.

De paso les aviso que esperen más comentarios, explicaciones, opiniones, archivos, etc. De la obra de Dussel y de Marx porque ya he tomado mis estudios en el círculo de estudios de Marx (en este momento estamos desglosando los manuscritos económico-filosóficos del 44) y porque estoy haciendo una recopilación de conferencias y de cursos en materiales audiovisales y auditivos que ha dictado Dussel en diferentes conferencias y que espero subir pronto en cuanto termine de juntarlas y ordenarlas –medianamente- y en cuanto encuentre algún lugar en dónde subirlas.

PD. ¿Ven como una sequoia puede contribuir en la refutación de Descartes? :D

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