Porque sueño

Porque sueño yo no lo estoy. Porque sueño, sueño, porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo, porque me asusta amar. Ya no sueño, ya no sueño, ¡ya no sueño!... ya-no-sueño. A ti, la Dama, la audaz melancolia que con grito solitario hiendes mis carnes ofreciendolas al tedio, tú que atormentas mis noches con mis sueños cuando no sé qué camino de mi vida tomar, te he pagado cien veces mi deuda. De las brasas del ensueño sólo me quedan las cenizas de una sombra de la mentira que tú misma me habías obligado a oir. Y la blanca plenitud no era como el viejo interludio, y sí una morena de finos tobillos que me clavó la pena de un pecho punzante en el que creí, y que no me dejó más que el remordimiento de haber visto nacer la luz sobre mi soledad. E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras, en el valle de los avasallados.

Fragmento de L'avalé des avales de Réjean Ducharme leído en Léolo de Jean-Claude Lauzon

martes, 30 de marzo de 2010

Terroristas de la escritura

Encontrábame yo un lunes por la tarde escribiendo en mi block de notas poemas de retaguardia, de flacura y de madera, frases inconexas y pequeñas lontananzas en uncentro comercial (no son ustedes los únicos en preguntarse qué hacía yo ahí, yo también me lo pregunto); cuando en esquizofrénica cobardía la autoridad dijo:
-No puede hacer usted aquí eso
-¿Hacer qué?
-Hacer eso que está haciendo.
-¿Escribir?
-Sí, vaya a otro lugar.
-Mj.
Y haciendo un gesto de civilizada cordialidad me levanté de mi banca en busca de otro recinto para escribir. si me preguntan, diré que fue mi barba y el hecho de que yo escribiera lo que motivó a aquel policía a decirme que me fuera. ¡Que hecho más colorido representarme tan dispar dentro de esa peregrina multitud de los centros comerciales!; nosotros somos los terroristas de escritura.