lunes, 18 de mayo de 2009
Hora cero
Otra vez aquí, encerrado en el vaciamiento de mí mismo. Una escena dalta al recorrer entre los cuadros, se nota que hay un vacío, un lugar donde colocar la pintura, el retrato de nuestras representaciones. No es como un elemento accesorio,no, la imagen es parte del sentido que deberían cobrar las representaciones, pero no está, simplemente no está.
Luz de esa artificie industrial se cuela entre mis ojos por donde debería entrar luz d eluna, ¡luz de luna!
Enciendo el computador, ¿por qué lo enciendo?, ¿para qué lo enciendo? De alguna forma sé qie ahora no encontraré sus mensajes al conectarme a la red. ¿Qué hago? ¿Busco acaso algo que calme mis ansias, ansias de nada?
Un vandoleón. Abro de nuevo el link del programa de estudios de otra "carrera". Ja, como si no hubiese recorrido ya los temarios, las asignaturas pasan por mi cabeza como el recuerdo que brinda una fotografía (¿qué tan nítida es la imagen ahí?). Aparecen los nombres que al revisar ya casi cotidianamente las secuelas semestrales antaño no han cambiado, algebra superior y geometría analítica, calculo diferencial y geometría moderna, algebra lineal y materias optativas. ¿Busco algo que haya cambiado en el plan de estudios o es que acaso busco que algo haya cambiado en mí?
De los cien vínculos que tengo añadidos o de los millones que me puede ofrecer una búsqueda google elijo esa, una página cuyo contenido no cambia. Quizás es por el cambio que puede producir en mí tomar aquella desición en los próximos días, es decir, por las correlaciones que puede procvocar de mi situamiento en el mundo que abro el explorador y fijo observo la página como queriendo encontrar algo, algo que no está.
Y en sueños el poema XX...
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